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Supermán y Judaísmo

Escribía David Aliaga en la revista Mozaika, en un artículo que tituló Superman y los judíos, que la presencia de rasgos judíos en Superman ya estuvo en la discusión teórica de la relación entre judaísmo y cómic, y que Joe Shuster y Jerry Siegel, sus creadores, eran judíos habituales de la sinagoga según el rabino Simcha Wistein en el libro Up and Oy Vey. En esta breve reseña nos interesa, a modo de breve reflexión, relacionar a Superman, el judaísmo y Moisés. Pensar en el mito bíblico como origen de la creación de los superhéroes; y a la tradición hebrea y la persecución de los judíos en Europa en las décadas en las que surgen los superhéroes, como desencadenante de su origen.

Superman aparece en los años 30 y nació con el nombre de Kal-El (que contiene el nombre de Dios – “El”) en Krypton. Enviado a la Tierra por los kryptonianos cuando era bebé y antes de la destrucción de su planeta encontramos la primera semejanza con Moisés: depositado en las aguas del Nilo por su madre, tras la orden del faraón de matar a todo varón hebreo recién nacido y salvado de la destrucción de su pueblo. Y ese es el recorrido habitual de los mitos heroicos: un viaje circular que comienza por una tragedia y en el que el héroe deberá recorrer el camino superando pruebas y poniendo en valor sus virtudes, sus poderes especiales. Superman y los nuevos superhéroes no dejan de ser la reinterpretación moderna de los mitos clásicos, donde lo religioso en la mayoría de casos se sustituye por la ciencia, la nueva religión.

Sus creadores, eso sí, en su inicio y tal y como aparece en su relato «The Reign of the Super-Man» lo pensaron como un villano con poderes telepáticos, pero su reescritura construyó el superhéroe que conocemos con sus sucesivas publicaciones. Y en esa reescritura se valieron de la mitología para su creación teórica, y de la tendencia pulp del momento para su indumentaria. Hijos de inmigrantes judíos, como indica Timothly Aaron Pevey Superman es «una figura inmigrante cuyo deseo era ajustarse en la cultura estadounidense como un estadounidense».

Moisés tuvo su descubrimiento en la zarza ardiente, un día que llevó a su rebaño al monte. Yahvéh le reveló su misión: sacar de Egipto al pueblo hebreo, a los hijos de Israel. Superman tiene la misión de salvar al hombre del mal, siendo Lex Luthor su villano por excelencia, un tirano/faraón con ansias por convertirse en un gobernante despótico y ser el primer hijo de Metrópolis. Superman puede ser, también, una especie de golem, cuya misión es proteger a la raza humana, y su alter ego humano, Clark Kent, representa a los judíos emigrados en los años treinta y es un ejemplo judeocristiano, con valores destacados como la grandeza, el altruismo y el sacrificio.

Dios da poderes a Moisés. Moisés era un hombre, como Kent, pero también era un superhombre. Moisés, como Superman, aprendió a solas, alcanzó la fe a solas y guió a los israelitas a la tierra de Canáan que Dios les prometió. En el mar rojo extendió las manos sobre sus aguas, el viento partió el mar y permitió al pueblo cruzar la tierra seca. La S de Superman también es esperanza. Los superhéroes con poderes no dejan de ser héroes de la mitología con habilidades especiales, reinterpretados en las épocas históricas en las que se han sido creados y con los valores que la cultura imperante dispone.

Y ese origen judío de Superman también se encuentra en las declaraciones de Siegel, que al relatar su origen reveló que lo pensó como una respuesta al holocausto judío de la Europa nazi, y así lo plasma en algunas de sus primeras historias. En la historieta de 1940, “Cómo Superman terminaría la guerra”, Superman coge del cuello a Hitler y le dice: “Me gustaría darte un puñetazo estrictamente no ario a tu mandíbula, pero no hay tiempo para eso.”. Frank Miller, de hecho, declaraba hace poco que esperaba recuperar al Superman de la Segunda Guerra Mundial, resituarlo allí, “tenerlo frente a un campo de exterminio”.

Fue Will Eisner el que dijo explícitamente que los superhéroes tienen ese origen hebreo, y en concreto “El golem, una criatura de arcilla moldeada por un rabino para proteger a los judíos de Praga, según una leyenda judía del siglo XVI, es el precursor de la mitología de los superhéroes. Los judíos, perseguidos por siglos en Europa, necesitaban un héroe capaz de protegerlos de las fuerzas oscuras. Siegel y Shuster, los creadores de Superman, lo inventaron”.

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